domingo, 1 de mayo de 2011

Yo superé mi síndrome de Estocolmo

Me despierto sobresaltado. Hoy es domingo por la mañana. El sudor empapa las sábanas y mi pijama. Sería un hecho emocionante si no fuera porque he dormido solo. Las pesadillas han acompañado a la noche en su lento girar.

Me encontraba en una extreño edificio de forma circular, similar a un circo romano. Presenciaba un espectáculo estruendoso y sin sentido, pero tenía una sensación muy rara, como si yo estuviera protegido o separado de él. Era una secuencia similar al viaje de Ebenezer Scrooge a las Navidades del Futuro.

Sobrevolaba un escenario de madera y luces, que pretendia ser moderno y elegante a la vez que clásico. Cierto es que no lo consiguió en ningún momento. Era una exaltación al mal gusto. Una secuencia de mujeres extrañamente pertrechadas, pintadas como mapaches y peinadas con rocambolescos moños, que parecian obras de ingeniería freudiana. Su indumentaría, en muchas ocasiones de muy dudoso gusto y de discutible calidad, hacía poco por resaltar una belleza que se les presuponía, pero que difícilmente se podía constatar.

Desfilaban como zombies, con los hombros caidos hacia atrás y enseñando sus dientes blanqueados y sus encías a modo de sonrisa por una especie de laberinto. Mientras, tres individuos, que parecían replicantes de una película de ciencia ficción de Spielberg, asociaban sus nombres a calles o zonas geográficas de mi ciudad. Intentaba reconocer el espectáculo y mi memoria me llevaba a las ferias de ganado de Asturias. "Amorosa, 532 kilos, de Pola de Siero, 5 años...." Pero en esta ocasión la vacas iban tapizadas con extrañas telas y bordados...

Una música que no tenía nada que ver con lo que ocurría pretendía ser la banda sonora de esta pesadilla. Un público enfervorizado, bramaba gritos de apoyo, coreaba extraños nombres de mujer y lanzaba todo tipo de serpentinas, papelitos y aleluyas paganas. Reconozco que una cierta angustia recorría mi cuerpo y la estupefacción me mantenía inmóvil observando la escena.



En estas situaciones sabemos, de hecho, que todo puede ir a peor. Tampoco nos defraudó en esta ocasión. Oscuro en el escenario. Voz en off intentado desgranar un texto entre metafórico y pseudocultureta, de nula calidad literaria. Otro grupo de zombies, uniformados esta vez por igual, realizan una sucesión de movimientos, que pretenden ser acompasados y estéticos. Nada más lejos de la intención.

Mi memoria procesa, ante mi estado de congelación física, imágenes del ayer para intentar reconocer donde me encuentro. Todo me es familar, todo me es tan lejano. Tras el intento de danza, sale al escenario un grupo de mujeres, ataviadas con una indumentaria que me resulta conocida, pero que a la vez, al fijarme, me cuesta reconocer. Una de ellas, pintada como una puerta y con una tensión en la voz y las aletas nasales propia del que arenga a las masas antes de la batalla, desgrana un manifiesto bastante facilón y recurrente, en un tono de voz más cercano al grito que al discurso, y en ocasiones excesivamente edulcorado e impostado.

Alicante hueles a huerta
Alicante hueles a campo
Sabes a dulce y a salado
Sabes a seba y a tonyina
Sabes a ví de la Condomina....
(frase para la memoria histórica..)

De repente, como si de un puzzle se tratase, todas las infinitas piezas que me rodeaban se mueven vertiginosamente a la vez, ocupando cada una su lugar. Descubro en mi mano paralizada el mando del televisor. Es la pantalla del mismo la que me separa de este bochornoso espectáculo. A escasas fechas de Sant Joan, esto no puede ser otra cosa que lo que es y no me atrevo a nombrar.

Apago la televisión y me voy en silencio a la cama. No ha sido una pesadilla. Sucedió anoche en Punt 2 y en mi ciudad. Qué lejos queda todo esto de mi fascinación infantil por este mundo. Qué lejos me encuentro de la época en que estaba sumerjido en él. ¿En qué momento y por qué escapé a sus redes? Ya no siento ningún lazo que me ate. He superado esta adicción alienante. He superado mi Síndrome de Estocolmo particular mientras pienso en pasear descalzo en Central Park.

2 comentarios:

  1. ahi las dao joerrr, vaya tela . q lo ùblique el informassssion , no paro de partirme el culo . me voy a la cama con una sonrisa º.

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  2. Me alegra saber que no soy el único que lo ve.
    Un abrazo, Rafa

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