martes, 15 de febrero de 2011

Probablemente ya de mí te has olvidado...

Suenan sones cubanos y despierta esa voz profunda, elegante y antiguamente moderna de Mª Dolores Pradera. Desgrana con sutileza una versión de Gloria Estefan.  Me sumerjo en los callejones de su melodía, mientras el reproductor de cd descubre cada uno de los temas de este disco de versiones de canciones de amor de ayer, de hoy y de siempre.

Siempre despierta imágenes su música en mí, Jazmines, mi madre, la elegancia de su hieratismo en el escenario, como si de una diosa antigua se tratase, su mirada de eternamente traviesa encarcelada en su porte digno y altivo. Olor a canela, su concierto en el Principal, melena rubia perfectamente peinada en moños de otro tiempo, Fernando Fernán Gómez. Sus gemelos de eterna e inmensa sonrisa.

Ya era mayor cuando yo era niño, y sigue siendo igual de mayor ahora que yo también lo soy. Ella permanece ajena al tiempo y a los avatares de la vida y la historia. Las canciones se convierten en obras de arte intemporales cuando se descuelgan suaves y aterciopeladas de sus labios. Flotan en el aire como pétalos de rosas que giran lentamente en el espacio congelado del tiempo inerte. Son belleza en estado puro y eterno. Ha alcanzado ese estado, que muy pocas artistas alcanzan, en el cual se es capaz de acuñar objetos, obras o canciones a las cuales no afecta el paso de los años. Tiene la habilidad de abrir las puertas de la eternidad con sus versos cantados.



Poco a poco, con la ayuda de Rosana, se cuelan suave y sin hacer daño en mis recuerdos, como solamente ellas saben hacer, mientras suenan los acordes de El día que se hizo tarde

Cada noche te esperaba
con las mismas ganas locas
de que llegaras temprano
de desarmarme en tu boca

y venías tú y la noche
y la noche y tú venía
a dejar que yo vertiera
en tu cuerpo fantasía.

... pero un día se hizo tarde
pensé que solo era eso
porque la noche sí vino y
no dejo de darme un beso.

un día, otro día y otro
de demostraron sin duda
que la noche es mejor que tú...
la noche es más fiel que oscura.

zarandeé los recuerdos
dando vueltas en la cama
y en una de tantas vueltas
me encontré la madrugada

de un salto me fui a buscarte
por donde solías venir
y te vi ¡maldito seas!
igual que te vi partir.

... un soplo de amor di al viento
por si te lo hacía llegar
pero hasta la misma brisa
se cansó de ir detrás

nunca supe los motivos
todavía los ignoro
y aunque no lo creas, ¡por Dios!
te juro que aun te añoro.

me abandono la cordura
cuando dejaste mi vida
como el tiempo a las paredes
así tu amor me hizo ruina.

... el día que se hizo tarde
pensé que solo era eso
porque la noche sí vino
y no dejo de darme un beso.



Poco a poco, mientras deja de sonar los últimos acordes de esta biografía interior, siento que, como si de los efectos de un bálsamo mágico se tratase, mis heridas más profundas y menos visibles cicatrizan con miel y almendra. Deja de doler todo aquello que pensaba que eternamente dolería antes de olvidarlo un día cualquiera. Se despierta en mí la sonrisa suave de la nostalgia dulce mientras se lía lenta su voz en el recuerdo de Ana Belén con aquellas miradas de la memoria y con el día posterior. Lía la cruceta de esta pobre marioneta entre lío y lío...

Siempre he dicho que mi vida no sería la misma sin mi banda sonora. Siempre he reconocido que tengo muchas más posibilidades de derrumbarme escuchando esas estrofas de.. Probablemente ya de mí te has olvidado y mientras tanto yo te seguiré esperando..., que de hacerlo delante de la mirada indiferente de aquel que sea capaz de protagonizarlas en la vida real.

Porque siempre he pensado que nuestra memoria no es más que un patchwork de imágenes, agradables y desagradables, de olores, sensaciones, sabores, versos y canciones. Retazos de películas prendidas en nuestra retina para siempre, caricias prendidas en nuestra piel que se eriza y sonroja con su recuerdo, personas prendidas en nuestro corazón.

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