miércoles, 6 de octubre de 2010

El Efecto Envejecido

Regresaba a casa, después de la tediosa jornada laboral, cuando escuché una expresión en la radio que me sacó de mi letargo y nos va a dar mucha miga. El Efecto Envejecido.

Al mismo tiempo que retumbaba en mi cabeza, como uno de los enigmas míticos de la Grecia Antigua, mis guionistas pusieron en mi camino un personaje que era la clave que descifraría todo este sinsentido. Pelo tintado de color safanoria. Gafas de sol en el siguiente peldaño de lo vintage, que suele estar a la entrada de los museos. Falda escocesa entre la rodilla y la imprudencia. Camiseta de algodón blanca con estampado teenager y más años que la Cara del Moro. Y sobre la  cara ese nuevo concepto. O era una momia de las que se exponen en el MARQ que tenía la tarde libre, o estaba maquillada con el Efecto Envejecido.

Y es que a determinadas edades, ciertas mujeres y algunos hombres, caen presas de ese nuevo look. Tengo mis dudas si lo han aprendido a pintarse en un curso de maquillaje para invidentes, en algún racó de hoguera del extrarradio o en un taller de chapa y pintura de esos en que se tunean los Opel Corsa para parecer naves espaciales imperiales.

¿En qué momento se saltaron el concepto "el maquillaje sirve para embellecer"? ¿ O el de "a la elegancia por la sencillez"?¿Qué tiene el agua de esta provincia que propicia esta clase de trastornos estéticos que pueden acabar generando problemas serios de salud? Evidentemente, estos problemas los sufrirían los usuarios del Efecto Envejecido, por falta de transpiración y los que tienen que compartir con ellos espacios públicos, sean abiertos o cerrados, por salud coronaria.



Porque  imagínense. Tarde noche otoñal y desapacible de martes. Esta ciudad desierta como Tabarca en enero. Giras la esquina de Cortefiel y allí, parada, inmóvil, acechando a la futura presa, está ella. La Efecto Envejecido. Tu propio pánico te impide gritar. En cuestión de segundos hay que decidir. El tiempo apremia. ¿Hacia dónde huir? Si corres Gadea abajo, te puedes resbalar con esas suelas de material malo que llevas con la humedad del ambiente. Maldita humedad y malditos zapatos de Maripaz. Lo barato sale caro. Si corres hacia Reyes Católicos, el catálogo de bolardos, pivotes y obstáculos acumulados por la Alcaldesa en esta vía te hacen presa fácil. El corazón acelera su ritmo a la par que el semáforo de leds parpadea y los ojos de nuestra depredadora se inyectan en sangre. Giras la cabeza a este y oeste, sur y norte, de acá pá allá. Nadie. ya no quedan ni las mamás coñazo y los enanos reposesos del parque de las Palomas. Estás sola. Te separan 4 rayas pintadas en el asfalto y unos cuantos metros de ventaja. Huyes corriendo, sin pensar, hacia la calle San Francisco, o Sagasta como la llama mi madre. El semáforo se pone en verde zombie y sientes el aliento de la momia en tu cogote. Te preguntas por qué no hay ningún estúpido acto de Hogueras de esos que convocan a cuatro mataos y que te vendrían muy bien para perderte entre ellos.

Los pasos secos y rotundos que te siguen anuncian un final poco agradable de esta historia. Tus jadeos al correr se entremezclan con el difícil ejercicio de mover tus superposiciones de texturas en tonos neutros que has copiado del Telva de este mes y tus tacones de vértigo.Vuelves tu mirada aterrorizada para descubrir que esa mano blanquecina esta a punto de tocarte el hombro. Piensas que es el final. Que manera tan horrible de acabar, en el cruce con la calle Pascual Blasco, que nadie la conoce. Porque no es lo mismo morir asesinada por un esperpento en Maissonave, o en Oscar Esplá en la puerta de Torreblanca, que en el portal abandonado del antiguo Pollo Pancho.

De repente, una voz de ultratumba desencadena la pregunta final. Ves pasar tu infancia en Arniches, tus primeros Closed, una vespa verde Limón, las Hogueras en Pingüinos, tus primeros Tocame los Huevos en Tate Guate..., así hasta tus nocheviejas en el Club de Regatas y los pases de Bambola en el Tiro. Y esa voz, cavernosa, te saca  del túnel al decir "Nena, ¿Tú no sabes por que han cerrado La Tienda de Lolín? es que me he quedado en el desconsuelo". Y tú, aliviada, contestas a esa mujer, animal o cosa "Chica, si han cerrado Seguí, que se espera? Aquí no se respeta a nadie"

¿No es para morirse de un infarto? y viviremos día a día sin milhojas...

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